Encontré esta frase en una revista que promociona accesorios, pensé que es una buena frase de marketing, pero además me hizo reflexionar sobre cómo le damos valor a la vida por los accesorios que tenemos.
Según algunas definiciones: “Accesorio es aquello que es secundario, que depende de lo principal o que se le une por accidente”.
Otra define que: “El accesorio es siempre un auxiliar de aquello que es central”.
Es curioso como las voces que oímos hoy definen que podemos ser exitosos si tenemos o hacemos cosas que, en definitiva, son “accesorios”. Las defino como accesorios porque por lo general esas voces no nos hablan de lo que es central o principal sino que definen cosas secundarias o auxiliares en su valor.
Es interesante ver que cuando alguien está motivado por algo siempre dispone de tiempo y recursos para lograrlo.
Dios es el autor de la motivación. Él estableció motivos de acción cuando declaró: y los bendijo con estas palabras: “Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo.” Génesis 1. 28
Dios estableció que desarrollemos motivación, pues sabía que la necesitaríamos para mantener firme nuestra fe, así que, en el mundo espiritual, la motivación más que un accesorio es un recurso provisto por el mismo Dios.
Observa tus motivaciones actuales y sin que pierdan importancia identifica con claridad cuáles resultan ser accesorios y cuáles son acción de motivos eternos.
Mi anhelo es que logres motivarte en alcanzar aquellas cosas importantes para la vida: en el reconocimiento de la necesidad de Dios, en establecer una relación de intimidad con Él, buscar su Reino, lograr propósito y servir.
Este ejercicio facilitará tu desarrollo y te motivará para descubrir cosas profundas que aún no conoces, cosas que Dios tiene preparado para los que le aman. Según Pablo no son cosas fáciles de percibir como expresa en 1ra Corintios 2, no son visibles, audibles ni entendibles fácilmente.
Sólo el Espíritu Santo nos facilita el acceso a conocer las cosas preparadas. El desarrollo de tu fe debe ser tal, que produzca en ti un amor por el Padre de manera que te sea facilitado por el Espíritu acceder a las cosas que Dios te ha preparado, estas son: provisión, obras que ha preparado de antemano, bendiciones espirituales, etc.
Y mientras te motivas en esto, maduras percibiendo la vida espiritualmente, no solo eso, sino que te transformas adoptando la mente de Cristo.