En qué piensas. En qué crees.

En qué piensas. En qué crees.

En qué piensas. En qué crees.

Si tú sigues nuestros escritos notarás que aquello que nos inspira a motivarte trasciende la simple decisión de superación personal a la que todo motivador apela, planteando también la importancia de una decidida actitud espiritual.

La realidad determina que puedes aceptar dos opciones: una es, que por creación somos superiores a lo que nos rodea y poseemos la capacidad de percibir la vida dotados de sentidos que lo demás creado no tiene. La otra es, que además de los sentidos normales existe una trascendencia espiritual.

A partir de esto, lo que cambia tu actitud ante la vida, la puedes determinar con la simple declaración en cuanto a cómo percibes la vida teniendo dos alternativas: percepción natural o percepción espiritual, siempre podrás disponer de tu libertad para tomar tu propia decisión.

Planteamos estas alternativas en concordancia con lo que todo motivador te dirá, que tú eres capaz, dueño de tomar tus propias decisiones y que tú eres lo que crees y piensas. Sabiendo que el primer motivador que planteó esto fue nada menos que aquél que motivó la vida y quien te proveyó esa capacidad y libertad de decisión.

Desde ya, haciendo uso de esta capacidad y libertad de decidir puedes aceptar o no esto, y eso determinará si todavía estás leyendo este artículo o pasaste a algo que te interese más. Si todavía estás aquí, la pregunta del millón más acertada sería: ¿Estás completamente seguro y convencido en lo que crees y piensas?

Porque lo que nos rodea y nos condiciona te impondrá su línea de pensamiento y creencia, pero si tú decides hacer uso de tu propia y legítima libertad, deberás partir del convencimiento pleno a la respuesta de esta pregunta, y lo que tú crees y piensas ¿percibe una realidad espiritual?

Nosotros podemos decir muchas cosas, pero lo importante es si conoces lo que Dios dice al respecto, algunas de las cosas que Dios dice son: “Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él…” (Proverbios 23:7) , “El que posee entendimiento ama su alma; el que cuida la inteligencia hallará el bien” (Proverbios 19:8) , “…Piensen en todo lo que es verdadero, en todo lo que merece respeto, en todo lo que es justo y bueno; piensen en todo lo que se reconoce como una virtud, y en todo lo que es agradable y merece ser alabado”. (Filipenses 4:8).

Todo lo que permites que ocupe tu mente tiene un poder para determinar lo que eres y lo que piensas, no solo impactará tu vida, sino también tus actitudes, expresiones y relaciones. Si quieres prosperidad y éxito presta mucha atención a lo que tienes en mente, y aunque todos estemos de acuerdo con esto sabemos que nuestra mente también se llena de elementos de negatividad, crítica, ofensas y cosas por el estilo que nos perturban y limitan.

Si crees en la realidad que existe una trascendencia espiritual, el mismo pensamiento de Dios te puede proveer firmeza y seguridad para mantener un pensamiento superior. Él dice que guarda en completa paz a aquel cuyo pensamiento persevera en Dios. Otra versión de la biblia dice que guarda en paz al de carácter firme. Es interesante pues la cuestión no se basa simplemente en creerle a Dios sino también en mantener firmeza en esa creencia, este es un aspecto que marca la diferencia en nuestra creencia espiritual.

Me encanta como Pablo se refiere a la percepción espiritual cuando le comparte a los efesios la realidad de enfocarse y trascender en una relación exitosa con Dios. Tú puedes leerlo en Efesios 2:1-10, yo simplemente te voy a resaltar los conceptos principales que se transforman en los principios de vida para tener éxito.

La importancia de un principio espiritual es que posee con más razón el efecto de todo principio. Tú puedes creer y sostener muchas buenas opiniones, pero el valor de un principio te sostiene a ti.

Lo primero que resalta Pablo es que, si no desarrollas una percepción espiritual de la vida, aunque creas que vives, estás muerto.

Otra cosa interesante es cómo obra Dios al respecto, tú puedes estar super muerto, pero él desea darte vida por el inmenso amor con que nos ama. La solución de Dios para este problema fue resuelta por la obra de Cristo. Si crees en esto adquieres una posición especial frente a la vida, una posición privilegiada. A quién no le agrada ver las cosas desde un lugar especial, nada menos que junto a Cristo.

Este regalo no depende de tus habilidades o esfuerzo, es pura Gracia de Dios, solo debes desarrollar fe para poseerlo.

Si en definitiva vives estos principios, descubrirás un montón de bendiciones para bendecir a otros, no tendrás que perder tiempo en pensar qué hacer. Pablo dice que Dios nos mostrará las obras que él preparó de antemano para que hiciéramos.

Así que, si has llegado hasta aquí, Gloria a Dios por ello. Si has llegado hasta aquí y no estás seguro, más allá de lo que tú creas o pienses y de lo que otros intenten imponerte, recuerda que todo se reduce a lo que tú crees y si le crees a Dios, Él dice con toda claridad:

“El ser humano solo puede reproducir la vida humana, pero la vida espiritual nace del Espíritu Santo”. Juan 3:6 (NTV).