Algunas declaraciones de Dios respecto a su reino:
“Tu trono, oh Dios, permanece para siempre. Tú gobiernas con un cetro de justicia.”
Salmo 45:6 (N.T.V.)
“Tuyos son, Señor, la grandeza, el poder, la gloria, el dominio y la majestad. Porque todo lo que hay en el cielo y en la tierra es tuyo. Tuyo es también el reino, pues tú, Señor, eres superior a todos”.
1 Crónicas 29:11 (D.H.H.)
“Señor Todopoderoso, Dios de Israel, entronizado sobre los querubines; solo tú eres el Dios de todos los reinos de la tierra. Tú has hecho los cielos y la tierra”.
Isaías 37:16 (N.V.I.)
“Desde entonces, Jesús comenzó a decirles a todos: “Vuélvanse a Dios, porque su reino se va a establecer aquí”.
Mateo 4:17 (T.L.A.)
“Desde que Juan el Bautista comenzó a predicar hasta ahora, el reino de Dios avanza a pesar de sus enemigos. Sólo la gente valiente y decidida logra formar parte de él”.
Mateo 11:12 (T.L.A.)
“Pues el reino de Dios no consiste en las muchas palabras sino en vivir por el poder de Dios”.
1 Corintios 4:20 (N.T.V.)
Los verdaderos hijos de Dios son aquellos que son trasladados del reino de la oscuridad, al reino de su Hijo amado:
“Pues él nos rescató del reino de la oscuridad y nos trasladó al reino de su Hijo amado”
Colosenses 1:13 (N.T.V.)
Por este motivo la realidad de nuestra vida terrenal debe ser afectada por la realidad eterna del reino.
Esta realidad terrenal limitada será impactada por la manifestación de Dios, produciendo en nosotros un proceso de transformación y desarrollo por medio de su revelación. Vivir la realidad del reino nos permite conocer a Dios por experiencia.
La realidad del reino consta de tres características que podríamos definir como: La Relación, el Desarrollo de la Relación y la Experiencia de la Relación.
La Relación: Intimidad y Revelación.
El Desarrollo de la relación: Reconocer, Reconstruir, Restaurar. (3 R.)
La Experiencia de la relación: Manifestación Divina.
El conocimiento de las características de este proceso de vida nos permite movernos en la “realidad” del Reino que transforma nuestras vidas e impacta en las vidas y situaciones que nos rodean.
El factor fundamental para entender y vivir este proceso de transformación se llama “Fe”, provisión y creación del mismo Dios.
Nos movemos en la realidad del reino por medio de la fe y somos transformados en el proceso que desarrolla nuestra existencia hacia un modelo superior (La Mente de Cristo).
Como Pablo expresa en Efesios 2: 1 al 10
La fe es un principio transformador: Fe => Motor (poder de transformación).
La fe nos transforma para (4P):
Fe => Percibir la Gracia de Dios.
Fe => Posicionarnos en el Reino.
Fe => Posicionarnos en el mundo.
Fe=> Practicar una vida de servicio (Obras).
La fe nos mantiene firmes en un proceso de desarrollo (La Mente de Cristo).
La fe nos permite desarrollar las (3 C)
Fe => Crecemos en nuestra relación con el Rey.
Fe => Cambiamos transformándonos a la imagen del Rey.
Fe => Compartimos a semejanza con el Rey, vida, obras y servicio.
El poder experimentar en forma real el Reino de los Cielos, comienza en la expresión de amor de Dios Padre, manifestada en la obra de Jesús el Rey. Esto nos permite ser transformados por medio de la fe, vivir un proceso de desarrollo de intimidad y revelación y ver la manifestación divina de su poder afectando todo lo que rodea.