En los noventa tuve la oportunidad de conocer a Carlos, él estaba entre el grupo de personas que siempre está en primera línea cuando se trata de abrir obras nuevas.
Yo comenzaba mis primeras experiencias en liderar obras misioneras y Carlos no sólo estaba allí para apoyar, sino que también fue por medio de él que pude conseguir un trabajo para sostener a mi familia en ese tiempo. Esto nos brindó la posibilidad de compartir mucho tiempo juntos y sueños, cosa que me alentó siendo él ya una persona entrada en años.
Siempre le recuerdo expresar que luego de su retiro laboral se dedicaría completamente a la tarea misionera, hoy puedo compartir que lo fuerte de su historia es que no quedó en un simple deseo, sino en una realidad que nos alienta a esforzarnos a soñar mientras tenemos propósito por delante.
Su pasión por las almas y las misiones le llevó hasta Mozambique un país del sur de África, para colaborar en diferentes tareas e impactar al mundo musulmán con su testimonio. Estuvo en dos aldeas: Balama y Malava y compartió su testimonio en dos mezquitas.
El trabajo que Carlos realizó en su país de origen Argentina, está presente en estas fotos en Virrey del Pino, La Matanza, AMBA.
También en otras provincias del norte argentino como La Rioja y Misiones
Nos produce mucho gozo hoy contar la historia de un siervo que, con sus ochenta y siete largos años tuvo que suspender el pasado mes de abril por la pandemia que nos sobrevino su recorrida misionera por el norte argentino (iglesias levantadas en pueblos aborígenes como Takuapí, Pocito, Kaakupe, Eleona y otros) y al país vecino de Paraguay (Bahía Negro, frontera con Brasil y Bolivia) pero esto no ha detenido su espíritu guerrero, solo lo mantiene retenido hasta el próximo lanzamiento.
¡Damos gracias al Señor por tu vida Carlos!
Si deseas contactarte con él y profundizar sobre su historia, puedes escribirle a: [email protected]